Ya hace 3 semanas que algún@s estamos encerrados en nuestros domicilios. A veces en forma de piso pequeño, o de casa, o de pequeñas habitaciones compartidas. Algun@s con un acopio de comida en neveras y armarios.
Algun@s viviendo conectados a las noticias de la TV donde solo se habla de esta gran pandemia. A veces en un tono positivo. A veces en un tono apolítico. A veces con políticos que buscan soluciones, aunque no las tengan. A veces con políticos apolíticos y amorales.
Algun@s conectados a plataformas donde visionar películas y series que permiten vivir en una burbuja de falsa seguridad que nos hace creer que todo esto no va con nosotr@s.
Algun@s jugando con sus hij@s, como en épocas pasadas, donde estar en casa y disfrutar de las pequeñas cosas cotidianas era un lujo.
Algun@s trabajando para que la cadena alimenticia no pare y podamos seguir consumiendo desde nuestras casas, seguros.
Algun@s, salvando nuestras vidas.
Algun@s haciendo trabajos invisibilizados que permiten que la vida continúe.
Algun@s haciendo largas jornadas de teletrabajo que permiten que sus empresas sigan ganando millones, mientras sus hijos pasan el día conectados a la Tablet.
Algun@s mayores, sol@s, más conectad@s que nunca con sus familias a través de los móviles.
Algun@s diciéndoles a sus hijos que apaguen la luz y se abriguen porque hay que ahorrar, mientras piensan en como pagaran la factura de este mes.
Algun@s preocupados por un ser querido que ha sido hospitalizado y al que no se puede ir a ver.
Algun@s saliendo a ventanas y balcones a compartir las alegrías y tristezas de esta situación.
Algun@s pidiendo ayudas a servicios inexistentes para poder comprar algo de comida.
Algun@s llamando a ONGs solicitando un lugar donde dormir porque la policía les ha multado por dormir en la calle.
Algun@s intentando llamar a la familia de su pareja, que murió la noche anterior por el covid-19, sol@, en el hospital. Pensando cómo poder explicarle que no han podido velarle, ni despedirse, y que ahora será enterrad@ por los servicios de beneficencia.
Algun@s pensando en cómo estará su familia en ese país que dejaron para salvar la vida.
Algun@s privado@s de libertad esperando que pasen los días para recuperar un poco de normalidad en la cotidianidad de su encierro.
¡Algunos perros más contentos que nunca porque ya no están todo el día en casa solos y les pasean un montón!
Y en todo este montón de algún@s, están las personas LGTBIQ+ migrantes y refugiadas que atendemos desde ACATHI, y que estos días están desesperad@s. Muchos de ell@s nunca habían contactado con nosotr@s porque intentaban vivir en este país de la forma más discreta posible. La mayoría con trabajos muy precarios que les permitían pagar esa habitación que ahora tienen que abandonar y para la que no hay ayudas del gobierno. La mayoría sin documentación ni empadronamiento y, por tanto, sin posibilidad de acceder a servicios de los diferentes municipios. La mayoría sin familias ni red de apoyo que les pueda dar alguna ayuda estos días hasta que puedan volver a sus trabajos precarios. Algun@s confinadas en sus habitaciones contagiad@s por el coronavirus y sin posibilidad de poder salir a los comedores públicos para acceder a algo de comida
También hay much@s de estas algún@s que no son personas LGTIBIQ+ o migrantes, o refugiadas, pero nos llaman porque alguien les ha dicho que quizás podamos ayudarles.
Y eso intentamos. Pero para eso necesitamos la ayuda de es@s algun@s que hoy están con sus gafas de realidad virtual en sus casas, viviendo una realidad muy diferente a la de los otr@s algun@s.
Clica en el enlace:
https://www.gofundme.com/f/ayuda-para-vulnerables-migrads-lgbtiq-por-covid19