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MANIFIESTO: Sin techo, trabajo y todos los derechos no es acogida

Sin todos los derechos no es acogida

DÍA MUNDIAL DE LAS PERSONAS REFUGIADAS:

Por una acogida real para las personas LGTBI+ refugiadas

Cada 20 de junio se conmemora el Día Mundial del Refugiado en honor de las personas refugiadas y desplazadas y en recuerdo del aniversario de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951.

Catalunya es una tierra de acogida para las personas que buscan protección internacional. Hace algunos años el pueblo catalán se movilizó por miles tras la consigna “Volem acollir”; también lo hizo Barcelona, sumándose al mensaje de “Refugees welcome”.  En lo que hace a las personas LGTBI+, ya desde los años 70, Barcelona, se transformó en una ciudad de destino para personas “sexiliadas” tanto de España como de América Latina que vivía tiempos de dictadura y de homofobia institucionalizada. Esto sigue siendo así hoy en día, en un mundo y en un tiempo en el que, más allá de todos los avances conseguidos por el movimiento LGTBI+ a nivel internacional, más de 70 países criminalizan a las personas LGTBI+. En otros países en los que formalmente las personas LGTBI+ no son criminalizadas, la LGTBIfobia socialmente arraigada hace sus vidas inviables en esos contextos.

Centenares de personas LGTBI+ solicitantes de protección internacional llegan cada año a Barcelona. Las personas LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersexuales, no binarias, entre otras) provienen de países donde las orientaciones sexuales y las identidades y expresiones de género no normativas son ilegales o donde siendo legales son socialmente inaceptables. Se trata de personas que buscan protección de violencias tales como abusos verbales, emocionales, físicos y sexuales, las agresiones, el acoso, el rechazo generalizado, la discriminación a la hora de acceder a la vivienda y al empleo, la destrucción de sus propiedades, chantajes, prostitución forzada, matrimonios heterosexuales forzosos, “violaciones correctivas” e intervenciones coactivas para cambiar su orientación sexual e identidad de género. Estas situaciones, repetimos, no sólo se da en países donde las disidencias sexuales y de género son legalmente criminalizadas, sino en muchos otros contextos.

Como resultado de estas experiencias, las personas migrantes forzadas que se identifican como LGTBI+ pueden llegar al país de acogida con problemas de ansiedad, depresión, trastorno de estrés postraumático y síndromes de trauma complejo. Estos problemas se ven exacerbados por las dificultades del asentamiento, incluido el acceso a la vivienda en condiciones dignas, el aprendizaje de un nuevo idioma y la falta de ingresos.

Incluso las violencias experimentadas por refugiados en sus países de origen y durante su migración hacia la Unión Europea no acaban automáticamente cuando llegan a Barcelona: las intersecciones de ejes de desigualdad que las atraviesan (origen, sexualidad, género) las hacen especialmente vulnerables.

Las personas LGTBI+ migrantes y solicitantes de protección internacional son diferentes de otros grupos que son perseguidos: sus familias y comunidades de origen a menudo contribuyen al abuso. A diferencia de lo que ocurre con otros grupos de personas migradas, una vez que las personas LGTBI+ se encuentran en un país de acogida, no suelen contar con el apoyo de su comunidad de compatriotas. Cuando mantienen el contacto con miembros de su comunidad, a menudo reprimen su orientación sexual ni su identidad de género. Además, cuando se encuentran con la comunidad LGTBI+ local, pueden llegar a sentirse culpables y avergonzadas por su historial de persecución y lo ocultan. A menudo pierden estas fuentes potenciales de apoyo social y se sienten muy aisladas. 

Muchas personas, tras pasar por procesos complejos de salida de su país y de llegada a Barcelona, tampoco encuentran una respuesta ajustada a sus necesidades. En muchos casos las personas LGTBI+ solicitantes de refugio no califican según los criterios de vulnerabilidad utilizados para el acceso a servicios sociales, y deben sobrevivir varios meses con apoyos públicos muy limitados, deficitarios y a veces inexistentes. Es intolerable el prolongado tiempo de espera al que se ven sometidas las personas solicitantes de asilo, con procesos burocratizados, lentos y complejos. Es igualmente intolerable la falta de acceso al programa de acogida por parte de muchas personas refugiadas LGTBI+.

Denunciamos la situación de las personas refugiadas LGTBI+ que se ven obligadas a vivir en las calles o en condiciones precarias. Es inaceptable que quienes buscan refugio y protección sean privados de un derecho fundamental como es el acceso a una vivienda segura y digna. Rechazamos rotundamente esta situación en la que las personas refugiadas LGTBI+ han de enfrentarse a la falta de vivienda y a la discriminación en su búsqueda de seguridad. Es responsabilidad de las autoridades -y de la sociedad en su conjunto- garantizar que todas las personas, con orientaciones sexuales e identidades y expresiones de género no normativas, tengan acceso a viviendas adecuadas.

Como ACATHI manifestamos nuestra profunda preocupación por la inseguridad y precariedad de los espacios de acogida. Es inadmisible que las personas refugiadas LGTBI+ se vean expuestas a situaciones de violencia, discriminación y falta de protección en los lugares destinados a brindarles seguridad. Demandamos que se garanticen espacios seguros, libres de cualquier forma de violencia o discriminación, donde las personas refugiadas LGTBI+ puedan reconstruir sus vidas en condiciones de dignidad y respeto.

Denunciamos también que las dificultades que enfrentan las personas refugiadas LGTBI+ para acceder al empleo. Es frecuente ver a personas refugiadas LGTBI+ excluidas y discriminadas en el ámbito laboral, siendo que el acceso al empleo es fundamental para su integración y autonomía.

ACATHI es una entidad de referencia para la acogida de las personas LGTBI+ solicitantes de protección internacional en Cataluña. Con dos décadas de experiencia, hemos generado los conocimientos y las herramientas necesarias para favorecer una inclusión real de las personas refugiadas LGTBI+, centrada en la creación de competencias culturales y sociales, haciendo red con los servicios asistenciales necesarios (especialmente recursos habitacionales y de acompañamiento personal y social) y los múltiples recursos públicos necesarios para este objetivo. Pero cotidianamente nos encontramos con límites en los recursos existentes y trabas burocráticas que retrasan los procesos.

Por esto, decimos que la acogida a las personas LGTBI+ refugiadas debe ser real, y denunciamos que se trata de uno de los colectivos más vulnerables y vulnerados, y necesitados de apoyo.

Porque SIN HOGAR NO ES ACOGIDA exigimos el fortalecimiento de programas de vivienda específicos, que tengan en cuenta las necesidades y realidades de las personas refugiadas LGTBI+. Estos programas deben ser libres de discriminación y brindar estabilidad y protección a quienes más lo necesitan. Las viviendas deben ser seguras, dignas y proporcionar un entorno donde las personas refugiadas LGTBI+ puedan reconstruir sus vidas y vivir en condiciones de igualdad y respeto.

Porque SIN TRABAJO NO ES ACOGIDA  es necesario que las autoridades y las empresas promuevan políticas y prácticas inclusivas, que fomenten la diversidad y la no discriminación en el ámbito laboral. Las personas refugiadas LGTBI+ deben tener las mismas oportunidades de empleo que cualquier otra. Es responsabilidad de la sociedad en su conjunto garantizar que las personas refugiadas LGTBI+ tengan acceso a programas de formación y capacitación que les permitan adquirir las habilidades necesarias para acceder al empleo. Exigimos a las autoridades y a las empresas que se comprometan activamente en la eliminación de las barreras y la promoción de oportunidades laborales para las personas refugiadas LGTBI+.

Porque SIN TODOS LOS DERECHOS NO ES ACOGIDA denunciamos enérgicamente las dificultades de acceso a derechos que enfrentan las personas refugiadas LGTBI+. Reafirmamos que todas las personas, sin importar su cuerpo, orientación sexual, expresión e identidad de género, tienen derecho a vivir con igual dignidad. Exigimos el pleno respeto de los derechos humanos de las personas refugiadas LGTBI+. Esto incluye el derecho a la no discriminación y a una vida libre de violencia -en todos los espacios privados y públicos-, en el acceso efectivo al derecho a la salud, en el reconocimiento de la identidad de género autopercibida, entre otros.

Desde ACATHI, no queremos ni podemos ignorar que atravesamos un contexto histórico y político en el que los discursos de odio de todo tipo, y particularmente contra las personas LGTBI+, racializadas y migrantes y refugiadas, se multiplican y encuentran cierto eco social. El ascenso de la extrema derecha en Europa, en España y en Cataluña, y su integración a las instituciones representativas, nos genera una enorme preocupación y, advertimos, pone en riesgo mínimos consensos sociales sobre los derechos humanos, y en este caso, sobre la voluntad de acogida de la sociedad catalana.

Convocamos a todas las personas a activarse, de todas las formas posibles a su alcance, por la defensa de los derechos humanos y contra toda expresión de LGTBIfobia, racismo y xenofobia, y, en este contexto histórico adverso a nivel europeo y estatal, a unir esfuerzos por una acogida real a todas las personas refugiadas, que desde una mirada de género, interseccional e intercultural, incluya a las personas LGTBI+, sus experiencias y sus particularidades.

Exhortamos a todas las administraciones públicas, a actores sociales de todo tipo, a las comunidades migrantes, y a la comunidad LGTBI+ catalana en su conjunto, a trabajar en red para evitar retrocesos y seguir avanzando en la construcción de una sociedad de igual dignidad e iguales derechos para todas las personas.

Barcelona, 20 de junio de 2023

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